El viernes 18 de noviembre tuvo lugar en el Auditorio de la UC3M en Leganés una representación de la ópera La Bohéme. Esta pieza magistral fue compuesta por el compositor italiano Giacomo Puccini, un visionario del momento que escribió grandes óperas a finales del siglo XIX y principios del XX. El autor simplificó y aunó en esta obra maestra del verismo italiano los capítulos de la novela Scenes de la Vie de Bohéme de Henry Murger, que fue periódicamente publicada en el diario El Corsario durante dos años (1847-49). La pieza, de cuatro actos, está basada en la vivencia misma de Puccini durante sus años como estudiante en el conservatorio de Milán, donde compartió habitación con Pietro Mascagni. La adaptación representada ha sido llevada a cabo por Ópera 2001, una empresa fundada en 1996 que organiza y produce espectáculos líricos en España y Francia apostando por nuevas generaciones de cantantes y reuniendo a millones de espectadores anualmente.

Escena del “Valls de Musetta” (de vestido rojo)
El estreno de La Bohéme tuvo lugar en el Teatro Regio de Turín el 1 de febrero de 1896, dirigido por Arturo Toscanini. La obra tuvo en su día una fría acogida de público y crítica, en contraste con el clamor que recibe en este siglo. Actualmente es una de las óperas más destacadas del panorama y fue la cuarta más representada desde 2005 hasta 2010. Opera 2001 ha interpretado La Bohéme desde hace dos años según el libreto Giacosa e Illica bajo la dirección escénica de la premiada Roberta Matelli y la magistral batuta de Martin Mázik como director musical.
Este melodrama ambientado en el Barrio Latino del París de 1830 narra las vivencias de algunos jóvenes artistas, pobres pero libres y llenos de ideales, que tendrán que afrontar pequeños problemas que acabarán desatando un trágico epílogo. Los personajes son interpretados por premiados y jóvenes músicos y crean un completo abanico de personalidades entre las que destacan las de la pareja protagonista, el poeta Rodolfo (actuado por el tenor alemán Eric Fenall en la representación del viernes) y Mîmi (la francesa soprano Mélanie Moussay). También destaca el papel de Musetta (la soprano Elisa Cenni), que protagoniza su histórico vals en el segundo acto.
Esta ópera, que sigue de gira por distintas ciudades españolas, ha sido la primera que he tenido el honor de disfrutar en mi vida. A los 18 años e invitado por un buen amigo, La Bohéme ha provocado en mí una reacción de sorpresa y admiración inesperada por la grandeza y dificultad que reúne en sus arias (así me han confiado que se llaman las distintas escenas). Me ha fascinado el engranaje de la performance operística que todavía no he terminado de entender. Sin duda me veré obligado a asistir a otras piezas para intentar acercarme a su conocimiento. En cualquier lugar, el personaje que más me atrajo en esta toma de contacto fue uno de los compañeros de juerga de Rodolfo, el músico Schaunard (interpretado, con un gran dominio del escenario, por el excelente barítono austriaco Thomas Weinhappel).
Mi rostro quedó pasmado en sus virtuosas gargantas desde que sonó el primer timbre de aviso; en el segundo acto imité a los que aprovechaban para toser justo antes de que suba el telón para no hacer ruido después; mis palmas chocaron como locas al final de las mejores arias. En conclusión, un momento inolvidable cuya puesta en escena queda grabada para siempre en mis pupilas y cuya música nunca escapará de mi yunque. Esa Bohéme que me enseñó en un auditorio abarrotado que la ópera también mola.
Lo que sí puedo asegurar es que esta representación de Ópera 2001 es, sin elementos comparativo con otras obras, una gran experiencia que recomiendo para las próximas actuaciones de la compañía en Madrid y el resto de ciudades de España. Ni burgués, ni clasista, ahora también hago la ópera mía. Háganla suya.
JORGE GARCÍA PÉREZ ( @jorgegrcia_ )