El pasado 24 de mayo se estrenó uno de los live actions de Disney más esperados de este año: “Aladdín”. El remake de la película de animación, estrenada en el año 1992, contó con Ron Clements (director, guionista y productor de la original entre otras películas de Disney) y John Musker (también director de la versión animada) para dirigir, producir y elaborar el guion de la nueva versión del ya clásico de Disney. Dentro del reparto destacó el conocido Will Smith en la piel del Genio, además de Naomi Scott (Jasmín), Mena Massoud (Aladdín) o Marwan Kenzari interpretando al antagonista Jafar.

A pesar de las dudas que “Aladdín” inicialmente originó entre los fans de la película original debido a los primeros trailers, ha supuesto un absoluto éxito de taquilla recaudando más de 700 millones de dólares, lo que la sitúa sobre algunos live actions de Disney como “La Cenicienta” (543 millones) y bastante cerca de otros como “Maléfica” (758 millones), aunque todavía se encuentra bastante lejos de los números alcanzados por “La Bella y la Bestia”, que en el 2017 superó los 1200 millones de dólares. Se ha convertido en el live action que más ha recaudado este año, dejando atrás los modestos 350 millones de “Dumbo”.
Más allá de los números, “Aladdín” se caracteriza por haber conseguido lo que en un primer momento parecía más difícil: convencer al público. La película ha enamorado a la gran mayoría de sus espectadores, en parte debido al respeto que tiene por la obra original. Lejos de romper de lleno, como ha sucedido con otros live actions, “Aladdín” honra su versión original introduciendo cambios que solo logran mejorar una historia ya querida por muchos.

Con una ambientación muy precisa y unas coreografías llenas de color y de vida, plantea todo un espectáculo visual sin sacrificar por ello el peso de la trama. Tanto el guion como la interpretación de los actores permiten que personajes que llevaban con nosotros más de 20 años se transformen en carne y hueso de manera muy fidedigna. Aladdín, con Abú incluido, refleja a la perfección un joven humilde que, a pesar de no ser más que una “rata callejera”, está dispuesto a sacrificar todo cuanto desea por los demás, como se muestra al conceder la libertad al Genio con su último deseo.
Indudablemente, el Genio es uno de los personajes que más destacan durante toda la película, no solo por su excentricidad, sino por su humor, igual de efectivo con grandes y pequeños. Pero entre todos los personajes, sin duda quien más brilla es Jasmín. Ella refleja los cambios introducidos en esta nueva versión, y en gran medida, su cambio es el más necesario. Jasmín no se muestra como una princesa resignada ante su destino, sino que se enfrenta a él y lucha por lo que es suyo en una de las escenas más emotivas de la película.

Con “No callaré”, Jasmín reclama su lugar como sultana a pesar de que las leyes de Agrabah exijan que ese puesto sea tomado por un hombre, negándose a quedarse callada en un mundo que solo la quiere silenciar. De esta forma, Jasmín se une a la línea que desde hace unos años está tomando el estudio, mostrando en películas muy diferentes mujeres fuertes que se niegan a ocupar el lugar que tradicionalmente les corresponde, desafiando lo establecido para alcanzar sus sueños. Esta dirección puede encontrarse en protagonistas de películas animadas, como Elsa (“Frozen”, 2013), pero también, desde hace poco, en el mundo de los superhéroes con Carol Danvers (“Capitana Marvel”, 2019).
Sin embargo, el live action de “Aladdín” solo es uno más de la larga lista de Disney. No solo se han realizado ya múltiples reversiones, como pueden ser “Maléfica” (2014), “La Cenicienta” (2015), “La Bella y la Bestia” (2017) o “Dumbo”, estrenado el pasado marzo. Este año llegarán otros cuantos a la gran pantalla como “El Rey León” el mes que viene o “Maléfica: La dueña del mal” en octubre, mientras que “La Dama y el Vagabundo” aterrizará directamente en la plataforma Disney+ este noviembre. Por si no fuera suficiente, a lo largo del 2020 se estrenarán “Mulán” y “Cruella”, a las que se unen rumores acerca de algunos de los live actions más esperados como “La sirenita” o “Hércules”.

A pesar de la evidente apuesta de Disney por este tipo de películas, algunos de sus seguidores no terminan de estar convencidos por estas nuevas entregas al considerarlas un producto muy sencillo que no conlleva ningún tipo de riesgo o esfuerzo creativo. Y es cierto, los live actions son una apuesta segura ya que la gran mayoría de los fanáticos de las versiones originales, con las que incluso crecieron, pagarían por ver a sus favoritas convertidas en una historia de carne y hueso. La excesiva utilización de esta fórmula probablemente acabará pasando factura a Disney, pero de momento, eso no ha ocurrido, y viendo las cifras logradas por “Aladdín”, no parece que vaya a suceder en un futuro cercano.
Porque “Aladdín”, al igual que sucedió con “La Bella y la Bestia”, representa todo lo bueno de este tipo de formato: es una manera de rejuvenecer los clásicos, darles una nueva vida y una nueva perspectiva que puede incluso superar los errores cometidos por las versiones originales, y todo ello sin convertirse en un producto mediocre y rápido creado únicamente para ganar dinero. “Aladdín” representa una vez más por qué el público reclama estas películas, y todo lo que estas todavía tienen por ofrecer. Por eso no sería extraño que si un fan de Disney encontrara una lámpara mágica con tres deseos, utilizara al menos uno de ellos para asegurarse que todos los live actions venideros sean como es “Aladdín”: un viaje por un mundo ideal.
Francisco Javier García Villagra